Estudiar es mucho más que leer y releer los contenidos una y otra vez. Estudiamos para aprender más y mejor, por lo que buscamos mejorar nuestra eficacia. Estudiar muchísimas horas cada día no implica necesariamente que ese estudio sea útil o eficaz. Es mucho más eficaz estudiar un tema en una hora que estudiarlo en cuatro, si el resultado final es el mismo.
Buscamos mejorar la eficacia en el estudio. La idea que queremos trasmitiros es que lo ideal es intentar que nuestro tiempo de estudio sea un tiempo de calidad ya que, un tiempo de estudio mal aprovechado nos hace perder tiempo, nos desmotiva y nos hace coger manía a la asignatura.
Os dejamos este artículo de educaweb en el que os habla de diferentes ideas generales sobre cómo mejorar nuestra eficacia en el estudio.
Conocer diferentes estrategias de aprendizaje es realmente importante para sacar el máximo partido a nuestras horas de estudio. Obviamente, las formas de estudiar variarán dependiendo del tipo de materia que tengamos que aprender y también según el tipo de prueba o examen al que nos tengamos que presentar.
Consideraciones generales
Antes de describir las formas de estudiar conviene recordar una serie de consideraciones o indicaciones generales que te ayudarán a conseguir mejores resultados. Una de ellas es la planificación del estudio. Si estás realizando un grado, un máster o cualquier otro tipo de formación que exige superar diferentes pruebas, haz un calendario donde aparezcan todas las convocatorias. Esto te permitirá distribuir correctamente el tiempo para ir estudiando con antelación.
El éxito en el estudio está estrechamente relacionado con la disciplina y la constancia. No suele funcionar ponerse un día a estudiar muchas horas seguidas si no hay una continuidad y voluntad para que el aprendizaje se consolide.
También es muy importante crear unentorno apacible y agradable donde no tengas interrupciones ni distracciones. Por eso, antes de comenzar a estudiar rodéate de todo el material que necesitas y escoge un lugar donde te sientas bien. Todo esto te ayudará a concentrarte y aprovechar mejor el tiempo de estudio.
Las pausas son también fundamentales y debes tenerlas en cuenta sea cual sea tu forma de estudiar. La efectividad de las horas de estudio será mayor si realizas descansos en los que liberas tu mente y tu cuerpo de la tensión que implica el estudio. No es una pérdida de tiempo, al contrario, son unos momentos muy bien invertidos, pues tu cuerpo necesita descansar y recuperar energía, de lo contrario puedes acabar colapsándote.
Diferentes formas de estudiar
Cada persona es un mundo y le resulta eficaz una manera de estudiar. Antes de decantarte por una de ellas, conviene hacer un repaso de las principales formas de estudiar y saber en qué consisten y qué ventajas reporta cada una de ellas. Por supuesto, todas estas formas de estudiar se pueden combinar buscando la máxima efectividad de nuestras horas de estudio.
Leer. Leer y releer la materia que debemos aprender es una de las formas de estudio más habituales. Hay personas que únicamente con leer repetidas veces los libros o los apuntes sobre la materia que se debe aprender, la van asimilando e interiorizando. Cabe decir que este tipo de estrategia crea una sensación de familiaridad con el contenido que se puede confundir con un aprendizaje realmente significativo. Por ello, es importante complementarla con otras técnicas de estudio que permitan demostrar lo que has entendido.
Subrayar y hacer esquemas. Complementaría a la anterior. Subrayar los conceptos clave ayuda a identificar las ideas principales a simple vista al releer el texto. Además, permite realizar conexiones entre los diferentes términos para crear un mapa conceptual a posteriori. Al realizar esquemas o resúmenes, se hace un ejercicio de síntesis que ayuda a extraer los puntos más importantes y asociarlos con otros contenidos más secundarios. No obstante, es conveniente que estos se hagan a partir de lo que recuerdas tratando de recuperar la información para conseguir fijar los conocimientos.
Escuchar. Hay personas que tienen mayor capacidad de comprensión oral. En estos casos su forma de estudiar suele ser grabar los textos o apuntes que deben aprender y escucharlos repetidamente hasta su asimilación. Después intenta explicar a alguien lo que acabas de aprender, de esta forma te asegurarás que lo has aprendido.
Memorizar. La memorización es una de las formas de estudio que todos en algún momento debemos emplear, porque siempre hay datos o conceptos que tenemos que recordar como son. Aprender a memorizar puede parecer complicado, pero existen diferentes métodos, como las reglas mnemotécnicas, que te pueden ayudar en esta tarea. Recuerda que para que sea más sencillo recordar, debes relaciona aquello que quieres aprender con algo que ya sepas, es decir, vincular nuevos conocimientos con otros que ya tenías.
Asociación de imágenes. Para las personas que son más visuales, la adquisición de nuevos contenidos puede realizarse con la ayuda de imágenes, de colores o de figuras. En estos casos se suelen utilizar marcadores de diferente colorido para subrayar textos o se introducen imágenes que actúan como un interruptor que despierta la asociación de conceptos y contenidos para afianzarlos en la memoria.
Responder a preguntas. Otra de las formas de estudiar que puede ayudar a tener buenos resultados. Consiste en repasar la materia de estudio respondiendo cuestiones acerca de lo que acabamos de estudiar. Es una manera muy eficaz de comprobar si la materia se está entendiendo y asimilando correctamente.
Prácticas de ejercicios y exámenes. Muy parecido al anterior es el método de estudio a través de la realización de ejercicios, test y modelos de exámenes. De esta manera se comprueba si se conoce la materia y se identifican los puntos o aspectos en los que hay que seguir trabajando.
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